L’enllaç us durà al reportatge de l’acte, emès per RTV Vilafranca:

El desván de Villa Serena

Conchi Hito:  Nascuda a Vilafranca del Penedès. Li agraden les matemàtiques, l’astronomia i els viatges, així com els enigmes, les històries que fan molta por i les paraules.

Obra:

Cuentos para Laura. Historia de un conejo que vivía en un baúl va guanyar en 2007 el concurs de conte infantil Drac de Mallorca de la web yoescribo.com, X y el círculo mágico (Editorial Aljibe), El fil dels pensaments i Cordill paper i cua (Revista Cavall Fort), Un tresor dins l’armari (Editorial Altaria), Una historia de fantasmas para Aina (Editorial Emooby), ¡Que cante el gallo! (Familyclick) i, al portal web Issuu, els contes: Corazón valiente y obstinado; De la búsqueda, y lo que encontraron, dos princesas y un príncipe pájaro; y Move over!

Títol: El desván de Villa Serena

Autora: Conchi Hitos

Editor: Candaya SL; Edición: 1 (31 de julio de 2018)

Colección: Bobila libros

ISBN-10: 8415934548

ISBN-13: 978-8415934547

Cuando la vida invade el ensueño de la muerte, se crea literatura

Leí la novela de Conchi Hito, nada más ponerse a la venta. Lo hice sin conocer ninguna de las etiquetas que le han puesto posteriormente y llegué a la conclusión que la autora crea literatura de la que deja huella.

Hay muchos matices y reflexiones en este libro. Podemos elegir en cual quedarnos. Yo me quedo en la reflexión sobre el rutinario encuentro con la muerte, tras abandonar el lado oscuro de los sueños.

Todo ello me induce a asegurar que más allá del puro entretenimiento, El desván de Villa Serena es una novela recomendable para cualquier público.

Me resulta grato hablar de este libro, editado por Bóbila libros, con el que Conchi da un paso adelante en la palestra literaria y nos regala tiempo. Ese tiempo que se necesita para desplegar ficción con las más de cien páginas que requiere una novela.

Es de agradecer que su estilo sea ágil y conciso, sin concesiones a la palabrería, apartándonos del tedio. La voz narrativa que conoce todo, mostrando escenas como si las captara con una cámara cinematográfica desde su atalaya, y un mosaico amplio de personajes que deja hablar libre y directamente mediante los diálogos, también son un acierto, así como las excelentes descripciones y un montón de conceptos que encierran ritmo y derroche de imaginación.

La estructura narrativa del libro establece el paralelismo de dos partes en las que se desarrollan historias independientes en cuanto al enfoque y los escenarios. Utilizando la metáfora para describirlas veo la primera como un objeto y la segunda como su proyección simétrica.

Ambas convergen en personajes que, en un giro inesperado, transforman una fantasía intimista protagonizada por fantasmas, que no son los de un relato de terror, sino esos fantasmas conocidos que se cruzan con los vivos sin que la realidad parezca alterarse, en una fantasía épica protagonizada por un dragón. Cosa sorprendente que le aporta a la novela originalidad y muestra, a mi entender, la mirada a veces profunda, a veces heroica, que posee la vida diaria.

Abro un paréntesis y os invito a observar las ilustraciones del libro -fruto de la ilustradora Núria Tomàs-, que abren las puertas de acceso a las sensaciones con que he calificado las dos miradas.

Si algo caracteriza a esta novela de aventuras, protagonizada por animales reales o mitológicos y unos niños, algunos de ellos retenidos a perpetuidad en un mundo ingrávido que decide el curso de sus vidas, es que atrapa con su sorprendente suspense, con el elogio a la amistad, con el tono en el que se mezclan lo insólito y lo tierno, y con la distancia que mantiene de la aspiración de Stendhal, que quería reflejar la realidad como “un espejo que se pasea por un ancho camino” .

Conchi opone un mundo imaginario a un mundo real y lo hace con cierto desafío, tal y como se espera en el género fantástico, lo cual nos permite entrar donde todo es posible, si nos dejamos sorprender y consentimos que la autora juegue con nosotros, sintiéndonos cómplices de cuanto acontece en lo inexplicable.

La acción es continua. Siempre ocurre algo, sin apenas respiro, incluso en momentos de reflexión. Una vorágine de recuerdos, miedos o planes hacen avanzar la acción alrededor de las dos ideas principales: La muerte y la lucha entre el bien y el mal.

En la primera cabe señalar que “no toca”, ya que los que mueren son niños. En la segunda hay que desterrar la idea de que es algo que hemos leído muchas veces. En una contienda protagonizada por críos, la dimensión que toma el mal alcanza formas muy retorcidas que trata de controlarlos y dañarlos. Es un mal inteligente y astuto, imaginativo e ilimitado, al que resulta difícil enfrentarse.

En un espacio cómplice, me gusta pensar que la novela no evoluciona como la autora había planeado, sino como los personajes determinan con sus hechos. Son personajes verosímiles, con un fondo trabajado que les confiere solidez y les hace interesantes. Viven al margen de las cosas que no se corresponden con el problema que afrentan. Son ingenuos, sensibles, idealistas, valientes, desordenados, asustadizos y poco convencionales. Viven con pasión, disfrutan, toman decisiones importantes, a pesar de la tensión que les produce el miedo les rodea. Cada uno de ellos merecería un análisis en profundidad. Todos tienen nombre y, hasta los más secundarios, representan un abanico amplio de maneras de ser y propósitos distintos, que dotan a la trama de mucho más interés.

He dejado para lo último una aportación relevante: Los tres espacios principales donde todo ocurre, porque pienso que puede ser un buen punto final.

El espacio cerrado del desván de la primera parte, titulada como el libro, es imprescindible; como los sueños.

El espacio mayoritariamente abierto de la segunda parte, que lleva por título: A través de la puerta, es sólido e híbrido en cuanto a límites.

Hay que resaltar que ambos se metamorfosean por los estados de ánimo y dan luz a la versátil inventiva de la narrativa.

El espacio a caballo entre las dos partes es inmaterial y no tiene título ni forma parte de la estructura del libro. Podríamos definirlo como una cuarta dimensión, semejante a la que aparece en el relato de Oscar Wilde: “El fantasma de Canterville”, o la que desarrolló en privado el matemático Carl Gauss, o la que inspiró el cubismo de Picasso, o la metáfora de los relojes fundidos con la que Dalí quiso representar el tiempo.

Nos abre el ambiguo interrogante de las esfinges. Silvia y Laura lo dibujan magistralmente, al tiempo que nos interpelan, en la contracubierta:

“¿Has subido las escaleras? ¿Has abierto la puerta a la hora equivocada? Si la respuesta es sí, entonces es muy posible que estés muerto.”

Isabel del Pilar Valero, 2 de març, de 2019

Títol: Les vides del dia

Autora:  Mercè Bagaria i Mellado

Editorial: Témenos

Col·lecció: La bona confitura

ISBN: 978-84-949211-2-4

Identificar els elements clau de la història: Escoltar activament

La paraula «conte» es rep com a sinònim de ficció o de mentida. Jo penso que el conte és el desenvolupament creatiu d’una idea, sota l’estructura narrativa. Inici, nus i desenllaç, amb mecanismes de sorpresa destinats a despertar l’interès. La ficció, que no sempre té un relat, gènere literari on s’encabeixen els contes, indica la voluntat d’obtenir un efecte. Tot comença amb la idea (principi) i acaba amb l’efecte aconseguit (fi). Per exemple, transmetre al lector el missatge de viure plenament cada instant, com ens indica la contracoberta.

És d’agrair que l’objectiu d’una obra sigui el desenvolupament d’una idea original (quelcom nou) o la combinació de vàries (una nova manera d’escriure sobre el que coneixem). Jo ho agraeixo moltíssim ja que, amb tot el que he llegit fins al dia d’avui, trobar plegats fantasia i elements realistes, capaços de reconciliar mons antagònics de manera natural, se’m fa difícil.

Segueixo el meu raonament i em permeto la llicència de parlar de contes, atenent el significat etimològic, grec: Principi i fi, que designava la peça de metall que es col·locava en la punta d’una perxa o d’una llança, per parlar del recull:

Les vides del dia

La Mercè Bagaria, filòloga, que ha treballat en el camps de la docència, periodisme i editorial, actualment redactora de material didàctic i correctora de textos docents i literaris, n’és l’autora.

Deia Cervantes: La pluma es la herramienta por la que se escapa el alma.

L’ànima de la Mercè mostra una narrativa intel·ligent amb naturalitat, sense abandonar la voluntat contista dels relats que componen el recull. És per això que una història, aparentment senzilla, l’omple de mormols, l’esponja amb silencis, la fa vibrar amb l’enigma, la matisa amb rutines quotidianes i l’acoloreix amb poesia, tot enriquint-la.

Amb domini i cura del llenguatge elabora un catàleg original de situacions i personatges que dibuixa en espais plens de límits, que no poden traspassar sense la irrupció de l’impossible que els difumina, mentre acota la realitat i crea un mon mancat de sentit on no es pot tirar enrere, entre morals implícites.

El fet que l’autora utilitzi morals ens desaconsella rebre literalment les històries. Escriu ficció (en la superfície) mentre reflexiona (en el fons) sobre la vida, la mort, el temps, els sentiments, l’evolució, el que som o no som… Cal parar atenció de principi a fi i identificar els elements clau. Això ens obliga a «escoltar» concentrada i activament.

Les tres parts que formen, el llibre són un TOT inductiu, d’anàlisi profunda sobre diversos temes, que l’autora aconsegueix amb la relació dels textos, els personatges i l’espai ara barroc, ara costumista, ara romàntic, ara avantguardista…, que irromp amb força.

Els paràgrafs volen en l’esdevenir diari. En el drama implícit narrat amb objectivitat, sense delectar-se en el positiu o el negatiu, com si l’autora no conegués la trama nascuda de la seva inventiva. Aquesta avança lliure, entre gestos, intencions, accions, i els buits del que no es conta, perfectament equilibrat amb el que es conta.

La principal característica de les històries és que existeix una frontera microscòpica, entre fantasia i realitat. La majoria estan escrites en clau realista, però la Mercè introdueix elements inquietants que ens alerten i ens obren un interrogant: «Passarà alguna cosa?». El que passa no és fàcil d’explicar en alguns contes si ho volem racionalitzar. Qualsevol pretext n’és prou per embeure-nos lluny d’un mon silent que s’omple de vida. Més enllà del quotidià, en una aparent reculada, el paisatge resta immòbil i es reconstrueix permanentment.

La Mercè mostra la capacitat de veure el que ignorem d’aquell veí amb què ens trobem sovint, de familiars propers i llunyans, d’amics, de desconeguts…El que descobreix ens ho conta, embolcallat de simbolisme i aconsegueix sorprendre-nos amb temes vells que ens presenta de manera inèdita.

Ha estat capaç d’escriure històries enteses i no explicita el que passa, amb la qual cosa ens obliga a prendre decisions sobre el que rebem. Penso que aquesta és una manera brillant d’aconseguir que els personatges s’interroguin sobre el que els fa viure i qui llegeix se sent partícip, en primera persona, perquè també s’interroga.

L’imprevisible, el real, la tendresa, l’humor negre, la ficció, i també la poesia, campen al seu lliure albir en les tres parts que delimiten el recull, tot barrejant-se. La barreja ens mostra un bon càlcul del temps i passos meticulosos.

Cal destacar el to narratiu líric que ajuda a recrear l’ambient i diversos estils:

El fantàstic ple de fantasmes (o no); de portals a altres dimensions ( o no ); de realisme màgic en què els morts i els vius es barregen fins al punt de confondre-nos i impedir-nos saber qui són uns o els altres.

El neutre que ens du a l’originalitat, a una frontera fràgil escrita amb realisme, mentre introdueix elements que alerten.

El satíric on aprofita per fer crítica social.

El clàssic amb què ens guia la mirada fins a la descoberta.

El terrorífic on trobem noves perspectives.

El poètic, aquí m’aturo, per gaudir de l’encertat tirallonga monosil·làbic d’un dels relats (El vell Jan). Picada d’ull a Pere Quart, imagino.

Quan es fa fosc, quan la nit cau i el temps es mou, el vell Jan no dorm. Ja no té mai son. Fa temps que no sap què és la pau. Sent que li bull el cap, que el pit li fa mal, que al cor hi té por.

No és aquest l’únic gest còmplice cap al gènere poètic. A més a més d’alguns relats, com per exemple: La prunera, que es poden considerar poesia visual, la Mercè ens regala el record de la poeta Alfonsina Storni (Amb pas lent).

«Tria una idea i fes que els personatges treballin. La idea no és important si no s’aconsegueix que es desenvolupi literàriament». Aquest sentiment, reflex de l’estat d’ànim, l’amor, el desig o la por dels protagonistes, se’m va despertar al llarg de la lectura i em va connectar amb els més extravagants alhora que m’horroritzaven els que destil·laven normalitat. La Mercè juga amb mestria amb els límits que els separen del lloc i el temps en què els fa viure.

Us convido a gaudir-ne. Sabem poca cosa d’ells (Com són físicament? Com és el seu caràcter?) Unes pinzellades els dibuixen amb l’objectiu d’exemplificar un pensament o una reflexió sobre la vida. Els reals ens fa plantejar-nos tota mena de sentiments que els fa protagonistes d’històries molt humanes. Els ficticis els trobem ubicats en un entorn que no té res a veure amb ells, com si l’autora els donés una nova oportunitat en fer-los renéixer en un miratge ingràvid.

M’aturo en el que podria ser una excepció en part del meu argument. Llegeixo la descripció que trobo (Només vaig fer-li cas).

Encara era maca, la Noemí, tot i que vorejava la cinquantena. Tenia uns ulls ametllats. dolços, del color de la mel, i un somriure indolent, que li pronunciava els pòmuls i li marcava unes petites arrugues a la comissura dels llavis.

No n’és, però, una excepció. Aquesta descripció no la fa l’autora, sinó un dels personatges i és imprescindible en el desenvolupament de la trama.

Acabaré la meva intervenció parlant de la veu literària de la Mercè en aquest recull. No la podem sentir si no entrem en l’espai en què s’expressa i abandonem l’egocentrisme de voler llegir entre línies la història pròpia, amb prejudicis. Només si valorem, interpretem i entenem els seus pensaments i les seves idees, hi arribarem al melic i podrem aplicar la filosofia de la nostra experiència.

Com a lectora empedreïda puc assegurar que llegir no és fàcil. Requereix inversió de temps, un dels bens més preuats que tenim, i de l’escolta concentrada i activa que esmentava al principi, que ens permet gaudir d’obres com la que avui protagonitza aquest acte.

Isabel del Pilar Valero, Febrer de 2019